Especialmente en otoño, las frutas de la región pueden ser un valioso complemento de la dieta. La fruta es un proveedor de energía especialmente adecuado por las razas grandes. Sin embargo, la fruta sólo es adecuada si se da de la mano y como premio. Nunca como un verdadero componente en su alimentación, ya que contiene poca fibra vegetal. La fruta también es muy adecuada como golosina. Un exceso de fruta puede provocar diarrea (crecimiento de levaduras en las heces y desequilibrio en los intestinos), pero también un poco desgaste dental (hace que te llenes rápidamente) y un exceso de energía (sobrepeso, etc.).

La fruta no es una bomba de azúcar

La fruta se presenta a menudo en relación con un alto contenido de azúcar. Esta idea persiste, pero la fruta no es mucho más alta en azúcar que el heno y las plantas de la pradera. El azúcar natural en combinación con las vitaminas y otros nutrientes, como los contenidos en la fruta, el heno, las verduras y las plantas de la pradera, se puede alimentar a los conejos. En cambio, el azúcar puro (azúcar granulado, miel, etc.) es totalmente inadecuado y perjudicial para la salud.

Zanahorias: aprox. 5% de azúcar

Diente de león: aprox. 8,5% de azúcar

Heno: aprox. 10-20% de azúcar

Manzanas: aprox. 10% de azúcar

Uvas: aprox. 15% de azúcar

Plátano: aprox. 18% de azúcar

Pera: aprox. 10% de azúcar

Ciruela: aprox. 8% de azúcar

A la derecha de la foto se ve un conejo escupiendo la semilla de ciruela. Algunas semillas de las frutas pueden contener semillas que pueden tener ingredientes tóxicos, aunque siguen siendo completamente seguras para alimentar, ya que las semillas son muy duras y se escupen.

La fruta no es un alimento básico, sino sólo un complemento de la comida verde, pero también puede suministrarse en cantidades algo mayores en otoño. Sin embargo, por regla general, sólo debe darse como una golosina de la mano. A los conejos con trastornos digestivos o levaduras no se les debe dar fruta en absoluto, ni siquiera como golosina.